El veneno es una de las armas biológicos más clásicas de la fauna y flora de nuestro planeta. Hoy os voy a hablar de unos animales que poca gente sabe que son venenosos: Las aves. Y es que existen, hasta ahora, tres géneros de aves de Nueva Guinea que tienen tóxicos, todos ellos paseriformes que poseen bacratoxinas. El ifrita, el pitohui y el picanzo chico son los representantes del arsenal tóxico de las aves.
Picanzo chico (Colluricincla megarhyncha), fotografía de Katerina Tvardikova
Las bacratoxinas son alcaloides esteroideos liposolubles. Este tóxico es el clásico de las ranas flecha del género Phyllobates. Los indígenas de Colombia usaban dichas ranas para envenenar su armamento con esta potente neurotoxina. Y estas aves lo utilizan, tal vez sin intención, para protegerse de los depredadores y de los parásitos. Y es que no es buena idea comerse a uno de estos pájaros, ni tocar su plumaje.
Pitohui con capucha (Pitohui dichrous), fotografía de Markus Lilje
Aunque se la clasifica como neurotoxina, sus efectos al llegar a sangre son sobre los músculos cardíacos, con efectos similares a la digoxina, produciendo arritmias, extrasístoles y fibrilación ventricular, lo cual conduce a una parada cardiorrespiratoria. Además, impide la transmisión del impulso nervioso hacia los músculos, produciendo convulsiones y parálisis.
Es muy difícil, de todas formas, que la toxina llegue a sangre. La manipulación de estas aves produce quemaduras a nivel cutáneo, fue así como el ornitólogo Jack Dumbacher descubrió la capacidad tóxica del pitohui, el más conocido de estos pájaros, conocido en la región como “pájaro basura”.
Ifrita (Ifrita kowaldi), fotografía de Katerina Tvardikova
Estas toxinas no son sintetizadas por las ranas flecha, ni por las aves de las que estamos hablando. O al menos, eso sugieren los pocos estudios sobre el tema, que hablan de queel tóxico proviene de la dieta, concretamente de la ingestión de escarabajosChoresine, los cuales contienen altos niveles de esta toxina y son parte de la dieta de todos estos animales. Dosis letales andantes de este veneno que parecen no afectar a sus depredadores más aprovechados.
Como curiosidad, no existe antídoto específico. Únicamente se utilizan tratamientos sintomáticos que no son muy efectivos. Entre ellos, destaca por curioso el uso de tetradotoxina (la del pez globo) para contrarrestar la despolarización de los canales de sodio, teniendo un efecto antagonista.
Andaros con ojo, que como vemos en las fotos que adornan la entrada, hay mucho listo que va a dejarse bonita la mano anillando a estas criaturillas. Saludos, y a seguir bien!
FUENTE: BlogNasua
Sé el primero en responder